Saturday, January 17, 2015

La caminata progresiva de FOBOS


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

FOBOS es el grupo que hoy exponemos para presentar su disco homónimo. El grupo está conformado por tres multi-instrumentistas, a la sazón, Pablo Cordes [guitarras eléctricas, programación de batería, piano, mellotrón, voz y coros], Bruno Caamaño [bajo, guitarra española, programación de batería, sintetizador Mini-Moog y coros] y Baty Tutaglio [sintetizadores, órgano Hammond, piano, mellotrón, Mini-Moog, programación de batería, voz y coros], todos ellos amigos desde hace bastante tiempo y unidos, entre otras cosas, por el amor al rock sinfónico y a las modalidades más recientes del género progresivo en sus aspectos más centradamente melódicos. En mayo del 2014, el trío publicó su disco homónimo, un trabajo conceptual en torno a la búsqueda de la propia identidad a través de una ordalía de pensamientos y emociones: la línea de trabajo de la banda se da en una confluencia de sinfonismo clásico, neo-prog y la tradición del art-rock argentino, lo cual exige de los músicos una labor afinada y meticulosa en el armado y desarrollo de ideas melódicas a todo momento. Hoy por hoy, el grupo opera como cuarteto cuando sube a los escenarios al unirse, como invitado, el bateristas Mauricio Scarafia. Vayamos ahora a los detalles del repertorio de “Fobos”.


El no muy largo instrumental ‘Aurora’ abre el álbum en clave Genesiana (al estilo del “And Then There Were Three”) para asentar el terreno ante el arribo de ‘El Sol Ya No está Acá’, canción portadora de un dinamismo llamativo y no demasiado complejo que está a medio camino entre el hard-rock melódico y el neo-prog. El mismo recurso de dinamismo opera un poco más adelante en ‘Gran Señor Tretas’, aunque su cromatismo melódico porta evidentemente mayores dosis de sofisticación (muy a lo GENESIS-con-CAMEL), y además, incluye un pasaje ceremonioso muy en línea con sus compatriotas de HÁBITAT. En medio de estas dos canciones se sitúa ‘Vuelta Atrás’, una balada muy al estilo Floydiano, aunque sin duda se nota en su desarrollo temático la marca inconfundible de ese lirismo propiamente argentino que se aprecia en canciones clásicas de un INVISIBLE o un AQUELARRE. Durando poco menos de 7 ½ minutos, ‘Mi Oscuro Fantasma’ es un ambicioso viaje progresivo donde el grupo exorciza entusiastamente varias atmósferas propias del sinfonismo: solos de guitarra y sintetizador bien dibujados, transiciones pulcramente ordenadas entre diversos motivos y atmósferas, un sentido dramático bien controlado a través de las ilaciones de las diversas secciones. Con ‘Gran Señor Tretas’ y ‘Mi Oscuro Fantasma’ tenemos un clímax combinado para la primera mitad del repertorio.

  

‘Amanecer’ es un bello paraje de guitarra clásica que queda convenientemente ornamentado con un breve solo de Mini-Moog y cálidas capas de mellotrón. Cumple con la función de pasadizo de relajante serenidad que nos lleva hacia la ceremoniosa pasión de ‘Ángel De La Guarda’, que es una pieza lenta y relativamente fastuosa que se sitúa a medio camino entre GENESIS y SERU GIRÁN (gran leyenda del art-rock argentino). Los solos de guitarra son simplemente hermosos, correctamente ligados a la atmósfera general de la pieza. ‘Legado’, por su parte, se mueve en terrenos más ágiles en base a un medio tiempo en clave rockera con una actitud muy domesticada en los arreglos del motivo central: no es demasiado impresionante en sí esta canción, pero sirve para hacer contraste con el espíritu nuclear de la canción precedente. Ocupando un espacio de casi 7 minutos, ‘Hay Luz’ cierra el álbum a lo grande al modo de un tributo al CAMEL de la época 76-78, algo así por el estilo: el truco está en crear una armazón melódica limpia al más puro estilo sinfónico y luego darle un groove ágil en clave jazzera, acercándose al Canterbury mientras mantiene la expresividad del primer diseño. Los diálogos que tienen lugar entre guitarra y sintetizador en ciertos pasajes estratégicamente ubicados son simplemente deliciosos. Así, con este climático esplendor, termina “Fobos”, un catálogo de preciosismos sinfónicos que debe ser el anticipo de otras grandes cosas que las mentes de Cordes, Caamaño y Tutaglio deberán proyectar para futuros trabajos fonográficos. Por lo pronto, felicitamos a FOBOS por haber empezado con buen pie esta caminata progresiva propia.


Muestras de “Fobos”.-

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