Saturday, September 28, 2013

Recobrando el tesoro musical de MANTRA desde los acantilados del rock andaluz de fines de los 70s


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy nos toca echar una mirada a los pasadizos olvidados del rock con raíces andaluzas que tanta creatividad motivó en varias agrupaciones musicales del hermoso Sur de España en la segunda mitad de los 70s. Más específicamente, el pasadizo de MANTRA, banda surgida en la localidad gaditana de Puerto Real en 1977 bajo la iniciativa conjunta del guitarrista Juan Ahumada, el bajista Kiko Fernández y el baterista Tato Macías: siendo de Sanlúcar, Los Barrios y Puerto Real respectivamente, el destino los hizo coincidir en un lugar y tiempo idóneos para crear sus primeras ideas musicales al amparo del ideal de un rock progresivo al típico estilo andaluz. Poco después se unió al naciente grupo otro guitarrista llamado Tito Alcedo, oriundo de Barbate; ya tenemos así a MANTRA como entidad bien definida. En sus primeros conciertos, el cuarteto primigenio de la banda compartió cartel con varias bandas heroicas de la vanguardia rockera española como CAI y AZAHAR, siendo así que el quinteto definitivo se consolidó con el ingreso del teclista gaditano José Manuel Portela. Con un material prolijo en musicalidades ricas y cautivadoras que la banda fue componiendo en el transcurso de un año, MANTRA grabó una maqueta en el local de sus ilustres paisanos de CAI. Es una injusticia del destino que MANTRA no lograra concretizar un contrato de grabación durante el corto periplo madrileño que realizó con la maqueta bajo el brazo; esta situación de indiferencia (o insuficiente interés) llevó al grupo a la desmotivación y ulterior disgregación. [Más información en el enlace http://www.arabiandrock.org/mantra.html]. Pero… nada dura para siempre, ni siquiera la nada, y es por ello que podemos sonreír de oreja a oreja de ese demo de MANTRA gracias a la iniciativa que tuvo en 2011 la Asociación Cultural Arabiand Rock para editarlo físicamente con el nombre de la banda misma. 

 

Revisemos la música en cuestión. Los primeros 5 ¼ minutos de este testimonio musical están ocupados por ‘Sanlúcar’, una pieza grácil y colorida cuya secuencia de cambios de motivos y atmósferas está diseñada con inspirada fluidez y ostensible dinamismo; de todas maneras, hay un motivo central que se hace notar como centro neurálgico de todas las variantes que han de desarrollarse dentro de los confines del tema. Hay un interludio magistral donde la guitarra solista y el sintetizador se baten en un duelo electrizante antes de que el motivo central regrese brevemente para la coda. Luego sigue ‘Bajo La Sombra De Un Ciprés’, un tema más explícitamente intenso que saca buen provecho de su duración de 9 ½ minutos: la mezcla de sinfonismo a lo CAMEL y jazz-rock a lo RETURN TO FOREVER funciona a las mil maravillas para elaborar y completar los flujos melódicos arábigos y revestirlos con un elegante toque de psicodelia progresiva. Hay un momento donde Portela elabora un vibrante solo de sintetizador que marca la pauta para el solo de guitarra que vendrá poco después, y de hecho, Portela es la pieza fundamental para la base armónica que consistentemente sustenta el desarrollo de la pieza. Hablando de Portela, justamente él asume el canto en el siguiente tema, ‘Acantilado’, el cual se estructura bajo la influencia del primer disco de CAI (“Más Allá De Nuestras Mentes Diminutas”), aunque también porta afinidades con otras bandas progresivas hispanas de robusta expresividad como MEZQUITA y BLOQUE. ‘Arco Iris’ repite el mismo esquema de trabajo, reforzando así la frescura y energía inherentes al quinteto.

‘Sacromonte’ y ‘Mantra’, antepenúltimo y último temas de este histórico documento, son también los más extensos del mismo, durando ambos poco más de 11 minutos. ‘Sacromonte’ empieza con una ambientación cósmica misteriosa un tanto Floydiana en un prólogo que dura 4 ½ minutos, tras lo cual se abre campo un ágil jam central que se instala cómodamente entre lo arábigo y lo aflamencado (muy a lo CAI, por cierto). En algún momento, el grupo hace una variante impetuosa incrementando la intensidad del compás  en el jam para que el protagonismo, antes exclusivo de la guitarra, se reparta entre el sintetizador y la guitarra. ‘Mantra’, en comparación, exhibe una elaboración melódica más ambiciosa. Empieza con un motivo lento y reflexivo donde la banda explora su faceta más sutil, luego derivando hacia un breve pasaje rotundamente extrovertido que instaura una especie de clímax. Luego, tras un puente basado en etéreas capas de teclado, emerge un segundo clímax rockero donde la maquinaria sónica de la banda opera a todo motor. La coda retoma brevemente el primer motivo, completando así el círculo multi-temático.


Todo esto nos ofreció el documento rescatado por Arabiand que acabamos de reseñar aquí: aunque sea demasiado tarde, eso es mejor que nunca, y cualquier tiempo es, a fin de cuentas, bueno para rescatar y valorar el legado progresivo andaluz de MANTRA. ¡Que viva el Sur de España por siempre y para siempre!


Muestras de “Mantra”.-

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