Wednesday, September 18, 2013

JIZUE nos revela su diario musical para gloria de la vanguardia jazz-progresiva japonesa


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy nos topamos con JIZUE, un ensamble jazz-progresivo japonés asentado en Kyoto que ha venido llamando la atención de los seguidores del jazz de nuevas tendencias y del progresivo vanguardista desde inicios del milenio: nuestro foco de atención ahora es “Journal”, el reciente tercer disco perpetrado por este cuarteto conformado por la teclista Kie Katagi, el guitarrista Noriyuki Inoue, el bajista Go Yamada y el baterista Shin Kokawa. El grupo sabe balancear colorida y creativamente las influencias que recibe de la vieja escuela del jazz-fusion, el nu-jazz y el jazz-rock de discurso contemporáneo, además de incorporar ocasionalmente algunos retazos de psicodelia refinada.


‘Intro’ abre el álbum con unos gráciles efectos de hojas imprimiéndose y elegantes armazones de teclado, abriendo así el camino para el vigor grácil e intensamente juguetón de ‘Rosso’. El esquema latin-jazzero con que el cuarteto se prodiga para la ocasión está desarrollado con ingenio y pulcritud, incluso retorciéndolo con algunos aires de calculada agresividad en ciertos parajes climáticos. ‘Buzz’ sigue a continuación para capitalizar la vitalidad del tema precedente y reforzarla con una musculatura más frontal: el colorido extrovertido de JIZUE se muestra orgulloso a lo largo del desarrollo temático de la pieza, dejando, además, algunos espacios para que el piano sobresalga en algunos momentos concretos. Un poco más sereno es ‘Clock’, aunque no se trata ciertamente de una pieza lánguida: su swing es sencillo, directo, sin mayores florituras, pero articulado con una sutil maestría necesaria para que la guitarra y el piano puedan pintar el retrato musical en curso con tonalidades intensas. ¿No es acaso una buena idea volver a la esfera del Latin-jazz? Parece que sí, pues es lo que de inmediato trae al oyente la quinta pieza del álbum, ‘Dance’ (y la más extensa del disco, con sus 7 minutos y pico de duración). La soltura de las cadencias tropicales y las arquitectónicas interacciones de la guitarra y el teclado se alternan en un continuum impecablemente diseñado.

 

‘Eat Faker’ nos muestra al cuarteto virando a un territorio sónico muy diferente, marcadamente electrónico, basado en un talante futurista que se basa en una confluencia de nu-jazz, chill-out y krautrock electrónico: muy cándido en su desarrollo melódico y atmósferas, nada chocante. ‘Five’, por su parte, nos remonta a aires de corte WEATHER REPORT con la alegría celebratoria del HERBIE HANCOCK de los 90s: la cadencia sofisticada que implica el empleo del compás en 5/4 es manejada de manera que realce el gancho inherente al motif básico. ‘Life’ incluye la intervención de Yeye al canto, lo cual ayuda a complementar el envolvente lirismo del tema, ligeramente cercano al estándar del post-rock, una sensación que se acrecienta por unos instantes durante el estruendo guitarrero final antes del epílogo de piano. ‘Holiday’ incluye arreglos de violín al arsenal sonoro: la ambientación y la ingeniería musical de esta pieza la convierten en una continuación de muchas de las pautas introducidas en la precedente, aunque el factor jazzero se impone con un poco más de autoridad. Así las cosas, llega la hora de cerrar el disco de la mano de ‘Lamp’, que es una serenata de piano que se inserta en medio del ruido de gente caminando a través de los pasadizos del metro.

 

Han sido alrededor de 46 minutos de puro placer musical los que nos han brindado JIZUE: recién los hemos descubierto con este disco, pero ahora que nos consta que “Journal” es una gozada de cabo a rabo, solo nos queda investigar en todo lo que este cuarteto ha venido haciendo y esperar a que nos vuelvan a gratificar con exquisitos trabajos musicales en el futuro inmediato. ¡Recomendado para todos los amantes del género progresivo con un corazón altivamente jazzero!


Muestras de “Journal”.-

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