Monday, June 08, 2009

Descanse en paz, HUGH HOPPER


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Con la presente tengo que compartir la tristísima noticia de la partida de este mundo terrenal de HUGH HOPPER, quien fuera una incuestionable figura del Canterbury desde sus días en SOFT MACHINE y a través de una posterior carrera solista, intermitente aunque seriamente prolífica, que alternó dinámicamente con su participación ocasional en bandas como GILGAMESH, IN CAHOOTS e ISOTOPE. Además, colaboró muy asertivamente en discos solistas de LINDSAY COOPER, STOMU YAMASH’TA, y esa joya incuestionable que es “Rock Bottom”, el primer disco post-accidente de ROBERT WYATT (viejo compinche de SOFT MACHINE).

El domingo 7 de junio de 2009 se anunció su muerte, sucumbiendo a su lucha de un año contra la leucemia, a casi dos meses de cumplir la edad de 64 años. Su trayectoria musical estuvo bastante activa hasta hace poco, siendo así que unas de sus últimas participaciones más notorias fueron como miembro del SOFT MACHINE LEGACY y del trío experimental BRAINVILLE3, junto a sus viejos amigos DAEVID ALLEN y CHRIS CUTLER. El concierto a beneficio programado en Le Triton de París para el 27 de junio seguirá adelante, ahora convertido en concierto de homenaje póstumo.

A continuación, transcribo viejas reseñas mías sobre los discos “Third” y “Fourth” de SOFT MACHINE, a modo de tributo al Maestro HOPPER en una de sus etapas cumbre.


SOFT MACHINE “Third” (1970)

El tercer disco de Soft Machine significó no solo un importante paso en la evolución artística de la banda, sino que marco uno de los hitos definitivos e inapelables del movimiento así llamado Canterbury. De hecho, llamo particularmente la atención de la critica y entusiasmo a un numero cada vez mayor de conversos aficionados a la vanguardia rockera que intensamente se venia desarrollando por aquel entonces en los círculos underground de Gran Bretaña: recordemos que por aquel entonces, Pink Floyd estaba pavimentando su camino hacia el estrellato, King Crimson había tomado por asalto y sorpresa la escena rock, The Nice estaba gozando de sus últimos días de gloria comercial, y mientras tanto, Yes estaba entrando con su incipiente pero ya promisoria propuesta musical. Sin haber llegado a ser precisamente un superventas, ‘Third’ tiene bien ganado un sitial histórico muy importante dentro del parnaso de los discos mas influyentes e inventivos del genero progresivo. Mucho mas que en sus dos trabajos precedentes, Soft Machine logra plasmar en el acetato su agresividad sonora, así como su eficacia instrumental a la hora de jugar y expandirse con ideas musicales ambiciosas: claro esta, la participación de varios colaboradores (incluyendo el ingreso del saxofonista Elton Dean como miembro oficial del combo) funciona como un complemento invalorable a la hora de crear un colorido adecuado a las exigencias de los cuatro mega-temas que se repartían cada uno un lado del doble vinilo.



Los temas primero y cuarto son los que mas decididamente muestran las aristas vanguardistas que ya inundaban el sonido de Soft Machine, con un despliegue de potente volumen, motivos musicales densas e inquietantes, y exploraciones intensas. “Facelift” fue editado a partir de la fusión de dos ejecuciones en vivo realizadas en sendos recitales de Enero de 1970. “Slightly All the Time” está demarcado por una pauta mas obediente al tipico swing jazzero propio de la vanguardia de Miles Davies (et al.) en 6/4, con un alternado protagonismo del saxo soprano, el bajo y el piano electrico: me parece el menos destacado del repertorio de ‘Third’, pues se me hace un poco excesivo en su extension, pero ciertamente el despliegue de virtuosismo de los musicos (incluyendo el paso inmensamente preciso de Wyatt en la bateria) no tiene un segundo de pierde. Ahora que mencionamos a Wyatt, el unico tema cantado del disco, “Moon in June”, es de su autoria. El susodicho número consta de dos partes bien definidas: la primera, que es cantada, mantiene un aire coqueto y humorístico que no llega a ser tan notorio como en el disco anterior (‘Soft Machine, Vol. 2’), pero que esta ahí, funcionando con el mismo desparpajo; cuando pasamos a la parte exclusivamente instrumental, el sonido grupal se vuelve mas agresivo y explosivo, concluyendo con una densa y oscura cortina de órgano sobre la cual se explaya un alucinado solo de violín - un final ciertamente esplendido.

¿Qué más puedo decir que otros no hayan dicho ya en otros lugares, y mucho mejor que quien escribe?... Solo puedo dictaminar que ‘Third’ es un tesoro indiscutible dentro de la tradición progresiva de vertiente jazzera, un testimonio del SM tradicional en su mejor momento creativo como ensamble bien integrado. A fin de cuentas, un diamante especial que brilla con luz propia en cualquier buena discoteca de música popular contemporánea.

SOFT MACHINE “Fourth” (1971)

Este habría de ser el ultimo disco de Soft Machine con Wyatt en sus filas; el hecho de que no haya ninguna pieza escrita por el en el repertorio, y que ni siquiera haya una sección cantada por él en ningún tema, es simplemente la manifestación de un descontento mutuo entre Wyatt y el resto de la banda. A pesar de las tensiones que esto conlleva necesariamente, nada de ello impide que ‘Fourth’ resulte otro trabajo brillante de SM. En buena medida, este disco retoma el sendero iniciado por “Third”, aunque bajando un poco la intensidad, y midiendo la mayor parte de las veces el alcance de los vuelos instrumentales que tienen lugar. Ya estamos en una etapa en la que SM se define como una banda de jazz vanguardista de manera plena.

Tal como señalé antes, Wyatt estaba sintiéndose relegado por la afiliación tan abrumadoramente jazzera del grupo, siendo así que las inclinaciones creativas de Wyatt apuntaban a una combinación del jazz vanguardista con elementos de psicodelia, cantos y ambientes de humor absurdo, y disonancias sistemáticas (cosa testimoniada en su primer disco solista, producido justamente casi en simultáneo a ‘Fourth’). Pero con todo, sus aportes siguen siendo relevantes como músico, a pesar de que aquí no hay ningún tema de su autoria y no se incluye ninguno de sus distintivos pasajes vocales. Por otra parte, se nota que Dean se ha acomodado bastante bien dentro de esta maquinaria, siendo así que desde su rol de miembro oficial ha pasado a convertirse en el nuevo protagonista del grupo. Sus partes de saxo y saxello dominan el espectro sonoro de SM, mientras que Ratledge opta por ocupar un puesto mas discreto en comparación con los discos anteriores, al darle particular relevancia a las sutilezas de su piano electrico, jugando con acordes, texturas y vacíos. Quien si encuentra espacio mas que suficiente para la manifestación de sus ideas es Hopper, quien no solo aporta el envolvente ‘Kings and Queens’, sino también la suite cuatripartita ‘Virtually’, que con sus 20 minutos de exquisitez pura ha quedado para la posteridad (con toda justicia) como uno de los clásicos definitivos de la historia de SM.

Tal como señale antes, ‘Fourth’ sigue por el camino de investigación que se abrió en su brillante antecesor, el doble ‘Third’, aunque con un nivel un poco menor de intensidad y ebullición. Con todo, la dosis de efervescencia que se expande a través de cada molécula de los solos respectivos de Dean y Ratledge en ‘Teeth’ es apremiante, contando además con un ensamble de metales que añade mayor consistencia al asunto: se nota que la influencia del Miles de fines de los 60s sigue siendo una fuente crucial de influencia para SM. A continuación viene una pieza compuesta por Hopper, ‘Kings and Queens’, una notable muestra de creatividad reflexiva, que posteriormente se engarza con el alucinante ejercicio de caos titulado ‘Fletcher’s Blemish’ (primer aporte de Dean como autor para el repertorio del grupo), el cual calienta el ambiente como un cúmulo de llamas desaforadas de free jazz. ‘Virtually’ es la magnifica cereza que corona el disco. La Parte 1 instara un motivo de acordes simple sobre el cual Dean explaya sus toques de saxo, mientras es acompañado por Skidmore, Hastings y Evans; mientras tanto, Ratledge, Hopper y Wyatt afianzan la cadencia rítmica con mucha clase, contando con la complicidad de Bobbington, quien extrae elementos casi etéreos de su contrabajo. La Parte 2 nos muestra inicialmente a Ratledge estableciendo un dialogo desafiante con Dean, mientras que Wyatt y Hopper salen “por su cuenta” para crear un cierto ambiente de tensión en un lugar aparte, antes de retomar el motivo de la Parte 1, lo cual es aprovechado por la sección de metales para salir al frente de manera mas notoria. Tras la abrupta conclusión de la Parte 2, la Parte 3 comienza con una secuencia retorcida de cintas al revés y otros efectos que distorsionan los golpes de platillo y cortinas de órgano, espacio que aprovecha Hopper para lucir su bajo con un fuzz contundente, mientras que en simultaneo Dean arroja unos tenues retazos de saxello. Los últimos segundos de esta sección funcionan como un preludio para la Parte 4, la cual retoma los acordes básicos de la Parte 1, haciendo que ‘Virtually’ concluya en un cierto clima de misterio introspectivo.


Es un consenso muy amplio el que señala que la grandeza de ‘Third’ no llego a ser igualada por ninguno de los discos de SM que vinieron después, y yo en lo personal estoy de acuerdo con esta visión de las cosas. Pero si algo ha de quedar claro tras una escucha atenta de ‘Fourth’, es que la capacidad creativa y exquisitez interpretativa de la banda siguen intactas, y tan brillantes como siempre.


¡Gracias por toda la música, Maestro! ¡Descanse en paz!

1 comment:

Robert said...

Gracias por la reseña, actualmente me he enganchado mucho con los álbumes Third y Seven,ahora llegó la hora de darle la oportunidad a Fourth.